Jean-Baptiste Meyer, socioeconomista del IRD, ha realizado un primer estudio en varias ciudades de Colombia, que confirma la importancia de hacer una transición ecológica en el mundo rural en Colombia para garantizar la conservación de la biodiversidad a través de procesos de producción respetuosos con el medio ambiente.

Potager urbain communautaire et bio sous le monument « Resistencia » (Cali, valle del Cauca)

© Jean-Baptiste Meyer (IRD)

El mundo rural en Colombia se ha convertido en una prioridad después de muchos años de olvido y negligencia. Desde los acuerdos de La Habana (2016) entre las FARC y el Gobierno, la reforma agraria rebautizada significativamente como "reforma rural integral"- se ha convertido en el primer punto del proceso de paz. 

Todas las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, muy presentes en las zonas poco urbanizadas, se han lanzado a apoyar la candidatura de Gustavo Petro a la presidencia de la República en 2022. Al término de su primer año de mandato, el Plan Nacional de Desarrollo resalta la importancia del campesinado en una nueva socioeconomía descarbonizada, no extractivista, respetuosa con el medio ambiente y la biodiversidad, las minorías y sus territorios. Esta política deliberada de redistribución se traduce en un ministerio destinado a reducir las desigualdades entre los territorios, pero también entre géneros y categorías sociales.

Ante este cambio radical de rumbo (Colombia es un dechado de desigualdad mundial), la pregunta en boca de todos es: ¿cómo se puede lograr semejante giro? ¿Cómo tolerarán la economía y la política semejantes transformaciones? Y en el mundo agro-rural, el reto no es menor: ¿cómo desconcentrar la tierra, diversificar los cultivos, mantener o aumentar la productividad y reducir la pobreza? Hay grandes esperanzas puestas en una agroecología inteligente e innovadora, no sólo desde el punto de vista técnico, sino también social.

Lieux des entretiens réalisés pendant la mission (juin-juillet 2023)

© Jean-Baptiste Meyer (IRD)

Jean-Baptiste Meyer comenzó a explorar las condiciones para esta agroecología durante una investigación de campo en junio y julio de 2023. Su trabajo consistió en recopilar datos empíricos para ver si el tema de la sostenibilidad en relación con la transformación social, resultado de la pacificación y el cambio político radical, podría constituir un tema factible de investigación durante los próximos dos años (el mandato del Gobierno actual).

Para ello, se llevó a cabo una encuesta en varios sitios: Bogotá; Macheta, Choconta, Silvania y La Mesa, en el departamento de Cundinamarca; Icononzo en el departamento de Tolima; Buenaventura en el Valle del Cauca y Medellín en Antioquia. Dieciocho personas fueron entrevistadas formalmente durante periodos de entre media hora y tres horas. Se entrevistaron diferentes perfiles: neorurales jóvenes y mayores, expertos en agroecología, académicos especializados en campesinado y sistemas de innovación en países en desarrollo, excombatientes en proceso de reintegración al sector rural, mujeres líderes comunitarias afrodescendientes.

Revendication de la fierté d’être paysan, fresque de la coopérative laitière (Choconta, Cundinamarca)

© Jean-Baptiste Meyer (IRD)

Los resultados científicos de esta investigación de campo confirman la importancia del tema de la "transición/cambio ecológico en el mundo rural". Lo que está en juego es la preservación de la biodiversidad amenazada por la producción agroindustrial depredadora, un reequilibrio social en el que el campesinado -con los clivajes étnicos a los que a menudo está unido (poblaciones indígenas y afrodescendientes)- recupere su dignidad gracias a un trabajo y unos ingresos dignos, y el intercambio de conocimientos para dominar los procesos de producción respetuosos con el medio ambiente mediante la circulación entre los laboratorios científicos y los sistemas de saberes locales.

Se están llevando a cabo numerosos experimentos, tanto individuales como comunitarios, en el ámbito de la agrobotánica, la industria ligera descentralizada, el ecoturismo, el trabajo a distancia, las cadenas de suministro, la comercialización en red, etc.

Es necesario definir, o más bien identificar, el modelo socioeconómico. En efecto, la pregunta que se plantean todas las personas entrevistadas durante esta estancia, es la de la sostenibilidad técnica y económica de un modelo alternativo al existente.

Vente de produits locaux de la campagne à la capitale (Bogota)

© Jean-Baptiste Meyer (IRD)

El proyecto, en el marco del LMI BIO_INCA, pretende trabajar este desafío con las ciencias sociales y económicas. La aplicación miCampoApp, desarrollada por el IRD con la Universidad de los Andes (Uniandes), abre vías a explorar en la medida en que ofrece la posibilidad de construir relaciones comerciales diferentes. Es necesario ampliar y profundizar las primeras observaciones realizadas, realizar algunas pruebas de las nuevas herramientas y formar a los equipos locales implicados.

Se está desarrollando una prometedora asociación con el centro de innovación y desarrollo de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, con sede en Medellín.

Este centro quiere trabajar con el IRD en el tema de la "transición/cambio ecológico en el mundo rural". Sus investigadores están en el origen de un modelo de innovación inclusiva que hace hincapié en una redistribución de las competencias. Así pues, la dimensión teórica culminaría de forma natural el trabajo empírico de los estudios de campo en los que participan jóvenes investigadores colombianos. Enriquecería el patrimonio conceptual de las ciencias de la sostenibilidad y su aplicación a situaciones concretas.

  • Artículo redactado por Jean-Baptiste Meyer