El Instituto COVID-19 Ad Memoriam se propone reunir a múltiples actores de la sociedad, tales comoinvestigadores, cuidadores, artistas, abogados, asociaciones de víctimas, autoridades espirituales y culturales y grandes corrientes de pensamiento, representantes de la sociedad civil, filósofos, empresarios, etc. para pensar juntos sobre la pandemia de COVID-19, que constituye una ruptura antropológica importante para la sociedad francesa y, más ampliamente, para nuestro mundo globalizado. Las consecuencias de esta crisis sobre la sociedad serán numerosas y duraderas, se trata de medirlas y de trabajar para reforzar las capacidades de previsión y de resiliencia colectiva.

El Instituto COVID-19 Ad Memoriam, creado bajo el auspicio del Centro Colaborador de la OMS para la Investigación sobre la Salud y Políticas y Prácticas Humanitarias del IRD con sede en el CEPED (Universidad de París, IRD, Inserm) se organiza como un consorcio que reúne a las diferentes partes interesadas, lo que permite que el proyecto evolucione y le da pleno sentido sentido. El Instituto ya cuenta con la participación de un gran número de instituciones y estará abierto al debate y al encuentro con el público. Recibirá la financiación inicial de organismos públicos de investigación (Universidad de París, CNRS, ENS-PSL, Inserm, IRD, etc.).

Este enfoque original se extiende en dos direcciones:

  • Una metaplataforma de investigación, un lugar para el intercambio de conocimientos actuales y futuros gracias a los proyectos de investigación  sobre el impacto social de la pandemia, llevados a cabo a través de una gran gama de disciplinas  y enfoques  científicos , y apoyados por la financiación pública;
  • Una plataforma de propuestas para alimentar las políticas públicas (salud, cultura, educación, justicia, etc.) y contribuir con la invención colectiva de prácticas conmemorativas, ya que no hay esperanza ni progreso sin el conocimiento de la historia y el mantenimiento de la memoria.

Investigar para comprender

El Instituto se centrará en comprender por qué la COVID-19 ha paralizado a Francia y a una parte del mundo en algunos meses. Por la duración y la intensidad de las medidas tomadas (el confinamiento de toda la población francesa y la mitad de la población mundial), la pandemia constituye una ruptura antropológica importante, generadora de consecuencias duraderas.

Con la crisis de COVID-19, las sociedades enfrentan a un agente invisible que aún hoy permanece muy desconocido. Las precauciones sanitarias han perturbado la relación de la finitud y la muerte, incluso perturbando la práctica de los rituales que permiten a las sociedades superar los grandes traumas. Quienes no han sido directamente afectados por el duelo, lo son por el aislamiento, las condiciones de vida a veces difíciles, incluso insoportables, la desmaterialización de las relaciones, la pérdida de esos puntos de referencia indispensables como son los rostros, ahora ocultos detrás de máscaras. La gravedad de los dramas psicológicos, sociales yeconómicos resultantes emerge poco a poco.
 

Comprender para actuar

Al igual que en los grandes conflictos y epidemias del pasado, la COVID-19 acelera cambios que pueden resultar positivos para nuestra sociedad, es importante también examinarlos. No faltan temas: la telemedicina, el teletrabajo, la educación o las ceremonias a distancia, la nueva sociabilidad en familia, etc.


Tantos temas y tantos desafíos, incluso paradojas, a explorar y superar para reinventarse, como saben hacer las sociedades que han pasado por momentos dramáticos: ¿Cómo podemos otorgar el valor real a los oficios tan indispensables para nuestra vida común y tan poco valorados? ¿Cómo reanudar las experiencias artísticas, culturales y culto colectivas en el nuevo contexto sanitario? ¿Cómo organizar el retorno a la naturaleza sin ignorar la urbanización galopante y las exigencias del desarrollo sostenible? ¿Cómo podemos reforzar nuestra resiliencia frente a la epidemia, cómo encontrar las vías y los medios para una vida individual y colectiva más equilibrada, más armoniosa y, nos atrevemos a decir, más sensible y sensata, en el contexto particular de las medidas de prevención y las acciones de barrera?


Para responder a estos desafíos en el nuevo paradigma de la inteligencia colectiva, el Instituto Ad Memoriam apuesta por el encuentro de múltiples conocimientos y experiencias , reuniendo a investigadores de todas las disciplinas desde las más fundamentales hasta las ciencias humanas y sociales, cuidadores, abogados, artistas, autoridades espirituales y culturales, representantes de grandes corrientes de pensamiento, empresarios y otros representantes de la sociedad civil.


El Instituto contribuirá a esta reinvención de la manera más abierta posible, incluso a nivel internacional vinculándose con iniciativas similares en otros países, gracias en particular a la asociación con la Organización Mundial de la Salud.
 

Actuar y recordar

El Instituto también será un espacio para preservar la historia y mantener viva la memoria de los acontecimientos, grandes y pequeños, relacionados con la epidemia. Asegurará que se mantenga vivo el recuerdo de los actos de valentía y de dedicación que han permitido atenuar los efectos de la pandemia y contribuir a esbozar soluciones sostenibles para el futuro.

El instituto fomentará la reflexión colectiva y la invención de prácticas conmemorativas, con todos los miembros de su consorcio. 


Debemos conferir una dimensión colectiva a las rupturas vitales más íntimas (la separación, la distanciación, la muerte, el duelo), pero también reparar los múltiples desgarros de las relaciones sociales, educativas, económicas y políticas que la epidemia provoca, con el fin de reforzar los múltiples marcos que, en todos los niveles, apoyan las relaciones sociales.
 

Organización

El Instituto tiene como presidentes honorarios a los profesores Jean-François Delfraissy (presidente del Consejo Científico de la COVID-19) y Françoise Barré-Sinoussi (presidenta del CARE COVID-19).

Está organizado como un consorcio de instituciones importantes que provienen del mundo de la investigación, la salud, el derecho y la justicia, las asociaciones de víctimas, las autoridades espirituales y culturales y grandes corrientes de pensamiento o incluso de las artes y la cultura.

Reúne en la actualidad a:


• La Universidad de París
• El Instituto de Investigación para el Desarrollo
• El Centro Nacional de Investigación Científica
• El Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica
• La Escuela Normal Superior - PSL
• La Agencia Nacional de la Investigación
• La Universidad de Burdeos
• El Instituto de Estudios Superiores de la Justicia
• El Ministerio de Europa y de Asuntos Exteriores
• El Comité Consultivo Nacional de Ética
• El Consejo Superior de Salud Pública
• La asociación France Victimes
• La Universidad París Saclay
• El SAMU 93
• El Sindicato Nacional de Médicos Cirujanos, Especialistas, Biólogos y Farmacéuticos de Hospitales Públicos
• El Centro Nacional de Recursos y de Resiliencia (Cn2r)
• El Espacio de reflexión ética de la región Isla de Francia
• El Instituto de Investigación Global de París
• Representantes de autoridades espirituales y religiosas
• Artistas y personalidades importantes del mundo de las artes, la cultura y la educación
• Etc.

Esta lista es por definición abierta: cualquiera puede contribuir con sus ideas y propuestas por cualquier medio posible.

El Instituto COVID-19 Ad Memoriam se vinculará con más iniciativas similares en otros países, especialmente gracias a la colaboración con la Organización Mundial de la salud.

Un intercambio y una gestión proporcionados por el Centro Colaborador de la OMS para la Investigación de Políticas y Prácticas Sanitarias y Humanitarias (C-CHAP) del IRD, certificado recientemente por la Organización Mundial de la Salud y con sede en el CEPED, UMR 196 (Universidad de París, IRD, Inserm).

La dirección la lleva a cabo Laëtitia Atlani-Duault, directora de Investigación en Antropología en el IRD en el CEPED (Universidad de Paría, IRD, Inserm) y la directora del Centro Colaborador de la OMS, C-CHAP. Laëtitia Atlani-Duault también es profesora afiliada en la Universidad de Columbia – Escuela de Salud Pública y miembro del Consejo Científico de la COVID-19 y del CARE COVID-19.

Un equipo operativo con Sadek Beloucif, Franck Chauvin, Alain Cordier, Eric Garandeau, Antoine Garapon y Denis Malvy.

Un consejo de orientación estratégico reúne especialmente a los representantes de las instituciones que están involucradas directamente en el Instituto y le proporcionan recursos estructurales sostenibles.. Entre esos miembros, hay algunos ejemplos: Edouard Kaminski (Universidad de París), Sandrine Lefranc (CNRS), Fréderic Worms (ENS-PSL), Yazdan Yazdanpanath (Inserm), etc.

Un comité científico internacional se encarga de examinar la estrategia, la orientación científica, y en su caso los proyectos a gran escala financiados con el presupuesto del Instituto.


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