Una especie de planta, Gasteranthus extinctus, que se creía extinta ha sido encontrada sana y salva en los fragmentos de selva tropical húmeda en la base de los Andes en el lado Pacífico del Ecuador.

La biodiversidad ha aparecido en la portada de muchos periódicos y conferencias internacionales con mensajes generalmente negativos sobre su estado. Pero esta vez hay buenas noticias en el campo de la botánica, aquí en Ecuador.

La selva Centinela : lugar mítico para los botánicos tropicales

© Dawson White

Un equipo internacional de nueve botánicos, compuesto por cuatro institutos ecuatorianos (PUCE, USFQ, UDLA, U. de Guayaquil), el Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD), así como dos institutos estadounidenses (Field Museum Chicago y University of Miami), llevaron a cabo una expedición conjunta a la región de Santo Domingo de Los Tsáchilas dentro de los fragmentos de selva tropical en un área conocida como “Centinela”. La costa del Pacífico de Ecuador ha experimentado una deforestación intensa y descontrolada desde los años 70, ocasionando la destrucción de una parte significativa de los bosques ricos en biodiversidad endémica. Gasteranthus extinctus, como la conocen los científicos, es una pequeña hierba tropical con flores anaranjadas que fue recolectada por última vez en 1980 en la región de Centinela. Desde entonces, y a pesar de expediciones en la región, nunca había sido recolectada y por ello se pensaba que había desaparecido para siempre, de ahí su nombre dramático de "extinctus".

Una luz de esperanza

© Riley P. Fortier

Sin embargo, durante esta expedición en noviembre de 2021, financiada en parte por el proyecto ERC GLOBAL de Thomas Couvreur, un joven botánico ecuatoriano de su equipo, Nicolás Zapata (PUCE/IRD), vio la famosa planta de reojo a lo largo de un arroyo en uno de los remanentes de bosque que se estaba visitando. Luego de una cuidadosa recolección y documentación, y de regreso al campamento, todos los botánicos ecuatorianos, franceses y estadounidenses confirmaron la identidad de la especie, documentando así por primera vez en 40 años la existencia de nuevas poblaciones. Gasteranthus extinctus ya no está extinta. La expedición también permitió documentar muchas otras especies de plantas raras y endémicas, que sobreviven a pesar de todo en los fragmentos de bosques que quedan.

© IRD / Thomas L.P. Couvreur

Pero por cuánto tiempo?

Lugares como Centinela, así como muchas áreas en las regiones de Santo Domingo y Manabí, carecen de un área protegida o de protección local. Así, la existencia de estas especies tiene los días contados. Gracias a la colaboración entre institutos ecuatorianos y con el apoyo del IRD y del Field Museum de Chicago, los botánicos intentan sensibilizar a las autoridades y líderes políticos sobre la urgencia de poner en marcha acciones de conservación para proteger los últimos fragmentos que quedan. Por ejemplo, los botánicos de la expedición han habilitado un sitio web que permite desde ya conocer mejor a Centinela y su historia: "Viva Centinela".

El IRD, especialmente a través del proyecto GLOBAL dirigido por Thomas Couvreur, está implicado en otros proyectos para la conservación de la biodiversidad de los bosques húmedos tropicales de la región de Manabí, en particular el bosque La Esperanza cerca de El Carmen. Una ONG ecuatoriana, Great Leaf, ha recibido además un premio de la Embajada de Francia por realizar allí trabajos de reforestación y conservación en colaboración con el IRD y el equipo de Thomas Couvreur.

Para más informaciones

Artículo científico : Rediscovery of Gasteranthus extinctus

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